Eras mi refugio donde aspiré algo de libertad
en los tiempos de tribulación.
Fuiste el paso obligado que transitó Machado
huyendo de aquella guerra.
Es el lugar donde admirar la última obra maestra de los hombres,
aún en construcción, siempre creciendo, siempre por terminar.
Más arriba, cerca de la frontera, la casa de los sueños.
Caminar entre montañas por las capillas
donde residen vírgenes y venus.
Leer un libro de poemas, encontrar el ritmo imprescindible
que solo da tu lengua, pues la mía, a veces tan áspera,
no podía con el verso de Elytis.
Descubrir la vasija de cristal rojo
que el artesano transfiguró sin querer.
Irrepetible.
A pesar de lo que construimos juntos...
Ya no me quieres.
los iento
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