1 de noviembre de 2010

Camino por los senderos de los sueños

Entre los riscos más abruptos una brizna vegetal pugna por hacerse un lugar en la vida.
En lo más recóndito de mi corazón, el aliento vivificador  de la esperanza lucha por hacerse un hueco entre el olvido.
Los aleteos de los pájaros escriben una partitura viva. Sus expresiones alejan el miedo del monte.
Si un pájaro canta pierdes el miedo a vivir.
Recitas con ellos la música, la hermosa música del piar entre las hojas de los árboles.
El reclamo del vagabundo es oír sus cantos, ver el elegante galanteo de las aves por el cielo.
Estoy soñando y no quiero despertarme.
Hay tanta vida que no sé nombrar.

Piensa lo que quieras, pero te sigo queriendo.
Desde el día que se atoraron tus ojos en mi corazón.
Esperar el ocaso.
Recibir la mañana.
Recordar un mohín de tus labios.
Advertir el azul del cielo.
Imaginar formas en las nubes.
Volver a tu regazo.
Soñar que soy poeta y te canto.

¡Y vivir es tan bonito!