Quebrarse por el dolor.
Siempre hay gente dispuesta a matar por su ideología,
por nuestro provecho,
por salvarnos a todos.
Para nuestra ganancia.
Nunca ha funcionado, siempre ha ido a peor.
Una bandada de buitres vigila nuestra agonía
para descender con los últimos alientos.
Se lanzan.
Se abalanzan y caen
sobre el cuerpo trémulo del moribundo.
Sobre el postrero suspiro.
Comienzan a tirar de la piel rasgándola,
añadiendo jirones de dolor
a los momentos previos a la muerte.
Un festín de carne finada, o casi,
en estos campos de batalla.
Por las ciudades desfilan héroes desconocidos.
No busques la muerte, ya vendrá ella a buscarte.
No aceleres el tránsito.
No quieras ver de cerca sus cuencas vacías.
Ir al Tártaro, al Elíseo, vagar por los campos de Asfódelo.
Un perro de tres cabezas acecha, vigila todos los caminos.
bueno
ResponderEliminarvale
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