Bodas, bautizos,
comuniones
En algunos de
los acontecimientos se lanzaban caramelos al aire, incluso perroes, (monedas) y
la chiquillería se abalanzaban como gaviotas a por los obsequios que un padrino
contento ofrecía a los presentes. Los años, el cuidado de la vestimenta y el qué
dirán, me relegó a observar displicente, pero sonriente, a los chavales que se
reían y empujaban por obtener dinero o golosinas. En los labios se reflejaba
una mueca que pretendía ser una sonrisa de superioridad adulta, pero que yo
sabía que solo era envidia.
Yo siempre
quería estar en medio del fregado y a la porra si se ensucia el traje. Por
cosas como estas los que me conocen me dicen: A ver si creces, ya.
Yo quiero.
Saltar en los
charcos.
Hurgar en los
hormigueros.
Levantarles la
falda a las chicas.
Tirar bolas de
nieve con piedras en su interior. Pa´Descalabrarse.
Hurgarse la
nariz.
Algunas cosas
son impropias, antes y ahora. Pero es un gusto imaginarse en anarquía y locura,
sin más, utilizar un palo como espada, ametralladora o pincel con el que
escribir en la pared un nombre.
No
especifiquemos, dejémoslo en el aire, no nombrar los motivos por los que
conquistarías las estrellas.