13 de diciembre de 2024



 

OTOÑO

III

 

Tantas hojas caídas

desplazadas por los vientos a otros corazones.

El barrendero apila los restos de los destrozados,

prende una chispa en los restos húmedos.

 

Chorro de humo gris,

de humo blanco,

sube cercando a las nubes encumbradas

diluyéndose,

difuminándose en los cielos,

y se condensa

en llantos sobre la tierra

por los muertos

por frustraciones,

nuevas,

antiguas.

 

Limpia heridas,

lava evocaciones,

murmullo de melancolía.

 

IV

 

Sana o se pudren

los restos del gastado corazón

habitado de reminiscencias grises y doradas.

El almacén de las cuitas

 

Obligaciones que no quisimos pagar.

Deudas que se negaron cobrar.

 

Losas de granito duro

encorvan nuestro cuerpo

abrumados pasos de lerdo discurrir.

Se alían los años con añoranzas.

Empiezan las rodillas a avisarnos de los años,

fluctuando, pinchando,

devolviendo nuestro pasado

  

V

 

La voz requiere unos signos inventados en el ayer.

Dar rienda suelta a esas palabras ocultas.

Oscuras. De odio.

Límpidas. De amor.

Eternas. Las inquinas.

Efímeras. Los deseos.

Persistentes. El olvido.

 

Los recuerdos habitados aún.

Los sueños necesarios para seguir hollando este suelo.

Dispongo de suficientes sustancias para pasar un buen rato.

El insulto forma parte de la vida moderna,

el nuevo arte cotidiano.

11 de diciembre de 2024

 



II

  

Presta el carballo

presta el arce

hojas a las barredoras máquinas.

 

Imprégnase el cemento de lustre efímero,

dando a la brea atractiva oscuridad.

Emporios de hierro y cristal, metrópolis.

Por una vez aseadas entre tantas miasmas cotidianas.

 

Se conservan reservas vegetales

reductos para abuelas y emigrantes

lugares con toboganes.

 

Y los niños preguntan se caen las hojas.

En la respuesta un hálito de tristeza

en estos otoños perfectos.

 

OTOÑO

Hay algo perfecto en el otoño. 

                                                                                Abril es el mes más cruel. T. S. Eliot

                 I

Hay algo perfecto en el otoño

con sus dorados,

con sus bronces.

Se visten entre sí aire y tierra.

combinando grises de un cielo encapotado,

oasis de azules

iluminando bosques que aún quedan

entre el asfalto y el cemento

de las urbes cada vez más próximas.


 

Hay algo perfecto en la lluvia de otoño

limpiando nuestro smog.

La mala baba suspendida en cada ciudad,

ciertamente, metafórica.