5 de noviembre de 2020

La profilaxis rumiante

 



La profilaxis rumiante

Estudio por Ulpiano Sánchez

 

 

            La naturaleza, en su infinita sabiduría, gestiona el planeta en la diversidad. Existe entre los rumiantes tipo vacuno la inveterada costumbre de pasarse parte del día paciendo, parte del día rumiando. La verdad, no sé qué gusto le encuentran. La naturaleza los ha dotado de un aparato digestivo acorde a sus necesidades, diseñado para ingerir cantidades ingentes de hierba de escaso valor nutritivo y, aunque para un profano resulte agradable pasear de lado a lado una brizna, no lo es tanto tragársela.

 

            Algunas vacas no le han pillado la vuelta a la cosa y deambulan indolentes por el prado, de pasto en pasto trapiñando hierbas que de la tierra brotan, si les fuera dado elegir tirarían más por el maíz, por las berzas o por cualquier otro vegetal menos soso; constatamos en verdad que, en muchos casos, el pasto ya ha sido pisoteado, ora por los cuidadores, ora por congéneres del mundo animal y que, además, dispersas por la hierba te puedes encontrar con todo tipo de excrementos, desde las consabidas y expandidas bullas vacunas hasta las más cuadradas de los equinos pasando por las bolitas ovejeras.

            Entiendo lo de las cabras, pero lo de los equinos, que caguen cuadra no consigo entenderlo. A fin de cuentas, comen lo que todos.

 

Gracias a las nuevas técnicas terapeutas se han conseguido grandes avances en el cuidado de los animales de granja. Los estudios líderes son los dedicados al mundo vacuno donde se han conseguido grandes avances, prueba de ello es la doma de vacas para que hagan sus necesidades en los lugares establecidos, así como que las emisiones gaseosas se circunscriban al ámbito de recintos techados, para obtener gases suficientes para consumo propio y ajeno. Soslayando con ello el tan temido efecto invernadero.

            Hemos recogido algunos casos dentro de nuestro amplio abanico de estudios para darlos a conocer; en caso de que no les aporten, nada esperamos, al menos, que les sirvan de distracción.