Concierto de montaña
para coro y silencios
El ruiseñor voló
cercano,
llegó a su nido
y nos cantó
a los tres.
Cantó para el
ocaso.
Cantó para
nosotros dos.
Últimas luces
cubriendo las cumbres,
reflejando en
los riscos insospechada gama de colores.
El sol se
despide.
¡Hasta mañana!
Llega la brisa
escurriéndose entre la fronda cercana,
sorteando las
ramas, esquivando la flora.
Llega a tus
mejillas, las arrebola.
Aparece la
penumbra y el cielo se vuelve añil.
Llega el reclamo
de las chicharras en verano.
La noche se
despereza,
el cuco acompasa
el silencio,
Al fondo, un
cencerro,
y las ranas se
suman al concierto.
Las ranas, el
cuco, las chicharras, el cencerro.
Entre el Pico de
la Miel y el Collado del Pendón.
discurren
serenos pasos.
He visto en el
cielo una nube con forma de fantasma.
Llegó la calma.
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