No hay suficiente dolor
Entiendo el temeroso
dolor en la vida cotidiana.
El necesario quebranto
en el angosto valle,
la exasperación en la
montaña más alta.
Se sufre un merecido
castigo por tanta inquina derramada,
por nuestras
tribulaciones diarias, o debo decir solo mis dudas,
hecho de menos la guía
firme que me indique el camino,
el dejarme llevar por
estos efímeros senderos.
No voy a descubrirte
nada que no sepas con mi muerte.
Y si insinuadas,de tus
ojos se dejan caer lágrimas,
déjalas mojar en la tierra
que alguna vez paseamos juntos.
Hay dolor aquí.
Pero nunca hay
suficiente dolor.
Yo quería cantar en el
coro de Aretha Franklin.
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