4 de noviembre de 2015

Mocedad


Mocedad
I

Vuelan manos sobre su pelo, suave, deshilvanado.
Los ojos tienen querencia y se fijan a su paso como una lapa,
y a besarla voy, poseso y enloquecido, a morir por el fuego.
De amor.
¿Si quiere?

II

Y en verano en la playa, los amantes pasean senso.
Nace el camino oriental que lleva a Basora.
Juegan a encontrarse entre la vida.
Como si no existiera nada.
Solo un decorado entre ellos y el tiempo.
Sólo las rocas y desvisualizados restos que la marea dejó.
Sólo sus risas sobrepasando el ruido.
Inertes las furias del huracán.

III

Y cuando las sombras entre la curva de los cuerpos y la línea del agua,
larga, infinita, besando la arena, desde el principio, desde el fin.
Se uncen los cuerpos móviles, en el estático instante que devora el amor.




2 comentarios:

  1. Muy bueno Felipe. Tendré que leerlo varias veces, para mi mejor entender.

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno Felipe. Tendré que leerlo varias veces, para mi mejor entender.

    ResponderEliminar