4 de febrero de 2015

En la atalaya. (Soberbia)


            Perdido en la cima de mí atalaya
            Vislumbro el futuro que espera.
            Y solo veo pasado.
Escondido en la cima, 
recogido en mi mundo.
            Observo discurrir los días,
pasar los años.

*

Los necios y sus acólitos caminan preocupados por su planeta.
Estultos eslóganes para remedar presentes,
una nula visión de futuro les hace repetir la misma rutina.   
Una, y otra vez, por si en su machacona insistencia mejorara su previsión más aciaga.

*

            Si te embarcas en un viaje entre los entresijos de tu memoria,
puedes recordar cosas que no te gusten.
            Con los sueños te puedes plantear ser un conquistador de tierras ignotas.

*

Del fuego hay una grabación, disponible en cinta, DVD con sonido “surround”
en la que se puede ver y oír el crepitar del  fuego durante hora y media.
Es un recurso ecológico para no quemar madera.
Hay una grabación, 20 minutos de ocaso, se puede mirar sin gafas de sol.

*

Hoy he nacido con un verso en la boca,
ahora sólo me falta encontrar a alguien a quien tirárselo al paso.

*

Los hijos son los accidentes
Geográficos de los padres.

*

El aire fluye indolente.
El pensamiento fluye indolente.
Los besos fluyen indolentes.
El camino que fluye indolente.
Esa Alameda que fluye indolente.

*

Las manos, dedos que flotan
sobre axiomas incomprensibles,
inasibles.
*

La mar impasible.
Insospechada relación.
Incuestionable pregunta.
La sinrazón de un verso.
El verdor plantado.
La lucha por el pan.
Añoro esos años que hablan del recuerdo ingenuo.
Pienso en parvas mentiras.
Pienso en formas tenues de antiguos quehaceres.
Busco una frase, tajante y sublime.

El aire que trae no moja la lluvia.




No hay comentarios:

Publicar un comentario